Google se lo ha pensado mejor. El sector educativo ha sido un campo de prácticas para la empresa en los últimos años, un lugar donde comenzar a ofrecer aplicaciones y servicios centrados en los alumnos y profesores, y donde las tablets con Android se convertían en las protagonistas silenciosas de cada clase.
Sin embargo, parece que desde Mountain View han rectificado, las cifras o quizás los costes y los ingresos no han resultado como esperaban y en su nueva jerarquía de operaciones, con Alphabet como hogar de todas estas iniciativas, no queda lugar ya para Play Store enfocado a la educación. No es que los servicios no fueran potentes, tal vez es que la competencia para los fabricantes Android en este sector ha sido demasiado feroz.
Con este movimiento, Apple y Microsoft quedan al frente de un mercado donde Google sigue estando presente, eso si, con los Chromebooks centrados única y exclusivamente en la web y aplicaciones alojadas en la web. Hasta cierto punto, ha sido este el sector en el que los ordenadores diseñados para correr Chrome OS han tenido una mejor y mayor acogida, ya sea por su sencillez de uso o por el bajo costes de los ordenadores, muy enfocados a hacer fácil el uso de la web para los más pequeños y jóvenes.
Una estrategia que puede sorprender sobre todo por los usuarios que la empresa deja atrás y que usaban y apostaban hata entonces por usar la versión educativa de Play Store, y que tendrán ahora que ver y valorar nuevas posibilidades que puedan hacer de sus cursos académicos algo mucho más productivo y entretenido por los jóvenes. Apple y Microsoft se frotan las manos, no todos los días un rival del potencial de Google decide salir de un mercado, aunque siga manteniendo un componente en este sector, pero la fuerza de Android no es la misma que toda la repercusión que Chrome OS pueda lograr.
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